
Sentado en mi trono de huesos contemplo el mar de sangre donde todas las noches de luna llena voy a nadar y saciar mi sed, Buceando en las oscuras mentes de seres diabólicos que habitan en la imaginación de los niños decapitados, regando con su sangre las flores del mal.
Ofrezco pesadillas que amargaran sus vida y les obligaran a suicidarte en una agónica muerte llena de dolor y sufrimiento, arrepintiéndose en el ultimo aliento de su patética existencia. Partiré cráneos con la fuerza de un titan y esparciré por mi cuerpo la masa encefálica para darle brillo a mi piel.
En lo mas profundo del Averno, cruzando los ríos de lava y los acantilados de puntiagudas rocas, habita el odio con forma humana y cabeza de chivo. Creación grotesca creada por los mismos que dieron nombre al amor, triste reflejo de su alma, repudiándose para toda la eternidad.
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