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Mostrando entradas de noviembre, 2010

Oscuridad En Mi Interior

Oscuridad deforme, titan del kaos que con sus síes cabezas escupe llamaradas de odio sobre los cadáveres pisoteados por sus garras. Latigazos de desesperanza que abren la carne en regueros de dolor insoportable y ácidas erupciones manan de la piel conviertiendose en grotescos volcanes de pus. Aliento fétido que elimina toda vida infecta las venas corroídas por la insensibilidad de la codicia que transportan el veneno negro de la podredumbre. Miro al espejo, y veo una masa sanguinolenta brotar de mis ojos y con lagrimas de sangre salpico el mundo que bajo las llagas de mis pies entristecen a la diosa de la naturaleza. Espectro de la noche, dejas helados los corazones solitarios que vagan como almas en pena en esta tortuosa existencia.

La Luna y El Lobo

Me sorprendo de verme mirando a la luna, y en el divagar del momento me he puesto a imaginar que solo por un instante paseaba por las sendas inexistentes del polvoriento satélite. Momento dulce, pues la soledad allí es absoluta, sin la presión de la gravedad que a la tierra nos ata. Sintiendo por un momento la necesidad de saltar al vació y tocar las estrellas inagotables de luz. Sensaciones de libertad, paraíso mental, la locura es sana y lo razonable es el mal de la humanidad. Continuo mirando al enorme pedazo de roca y empiezo a comprender por que los lobos aúllan a la luna. Animales que viven en manada, pero que en el fondo son seres solitarios que con sus gritos de angustia llaman a la belleza que se alza en el cielo. Cientos de años han pasado y aun sigo mirando la hermosura que en mis ojos se refleja con un brillo deslumbrante. Ahora soy yo el que aúlla a la luna, pues mi deseo se cumplio.