Palabras Punzantes

Plasmar el sentir de lo vivido, dejar la silueta de la ilusión en los estrechos pasillos del laberinto enfermo de mi cabeza. Arrinconar la alegría en lo mas profundo de mi cerebro y soltar poco a poco pequeñas lagrimas que sin remedio chocaran contra el suelo, donde la rapidez de la luz del sol las harán desaparecer como si nunca hubieran estado. Simulación del pensamiento mas oculto, poblado de pesadillas que acaban siendo mejor que los sueños de algo feliz, Explosión rítmica de sonidos que como metralla dañan mi frágil corazón, roto ya por la necesidad de amar lo imposible. Cabezazos contra un muro de hormigón, esparciendo restos de cráneo por los charcos rojos de la desesperación de un mundo violento lleno de ira y odio, donde el amor es violado día tras día. Refugio del alma donde el descanso es solo la eternidad al oír el goteo del agua. Caverna oscura donde el silencio es el mejor acompañante, dulces melodías de la naturaleza, donde el gorgoteo de la sangre en mi garganta son mi

Una vez mas me golpea la depresión, momento para el cual descargo en mi agonía mis palabras en un papel manchado por el café de la melancolía. quizás con resaca de una mala borrachera en la que sentí que ya no me llena la vida. Soledad vacía donde la gente grita a mi alrededor si hablar, solo con sonidos que no dicen nada y me dan dolor de cabeza. Triste decadencia que se acaba convirtiendo en rutina, una rutina pegajosa de la que es difícil desembarazarse. Visitas al pasado donde agudizo el dolor, visiones de futuro donde sueño con lo que deseo, pero la realidad me golpea fríamente en la cara, dejándome sin sentido. Intento llorar, pero ya no hay llanto que calme mis penas en esta sombría soledad. Tirito por el frió que ya ni siento, escarcha en mis manos que me impiden decir lo que siento, pero total a quien le importa. Quizás solo sea el canto de una sirena que me arrastra a las rocas de la perdición, donde la sonrisa de tu cara me da ese aliento que necesito para seguir vivo. Piens

Carga inestable de electricidad, huracán de tempestades y terremoto de violencia. Dulces melodías de odio recorren los vasos sanguíneos de un cuerpo aparentemente vivo, pero falto de amor. Ese amor que toda la vida busco y no supo retener, se da cuenta ahora de que malgasto su vida en algo que nunca podría tener. El único sentimiento que tiene es el del frió acero de la aguja cuando traspasa su piel llegando a la vena y descargando una dosis de veneno que rápidamente navegara por sus venas y se repartirá por todo su cuerpo. Falso alivio, transportándose a un mundo ficticio de felicidad, vivirá en un sueño donde las pesadillas son reales al despertar. Terminado el viaje, tu cerebro y el dolor de tu cuerpo te indican que sientes la necesidad de volver al paraíso que consume tu vida y la de los que te rodean. Ya no piensas pues es mas fácil no pensar y sobrevivir de mala manera a un nuevo amanecer. Cansado de esta tortura diaria decides poner fin de una vez a tu miserable existencia y en