Arranco con violencia mis parpados, para ver la verdad y sentir de nuevo la fuerza que me inquieta en mi interior.
Despierto de viejos sueños, a los que el polvo sin piedad cubrió y dejo en el olvido mas cercano con la melodía de canciones que lentamente llenan mis oídos y levantan la costra de recuerdos malditos, malditos por el pasado se llevo una juventud que ya no volverá, como latigazos de dolor que recorren mis nervios recordándome el dolor de la nostalgia y que lo único que se pierde es lo que se quiere olvidar.
Aunque no me veas estoy en la sombra, esperando el momento de saltar y arrancarte la garganta, probar el férreo sabor de la dulce sangre que mana de las heridas de la ceguera.
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