
Despierto entre sudores en la habitación, una luz tenue entra por la ventana iluminando mi mirada y dejando un brillo siniestro que oculta el verdadero sentimiento. Mis pupilas se dilatan con los falsos rayos lunares y aparto la vista hacia un rincón donde se encuentra el triste testimonio de lo que ocurrió antes de quedar inconsciente en la cama.
Una botella de whisky rueda en el suelo mecida por la suave brisa de la madrugada, ahora entiendo el reseco sabor a alcohol que hay en mi boca y ese punzante dolor de cabeza.
Me visto con torpeza, creo que aun quedan resquicios de alcohol en mis venas y salgo a saludar a la noche que esta apunto de desaparecer por la luz del astro de la vida, enciendo un cigarrillo y suelto lentamente el veneno que sobra de mis pulmones, reflexiono si realmente merece la pena que cada día sea así, me acerco al balcón a tomar algo de aire fresco y me asomo lentamente por la barandilla.
Necesito un cambio, cambiar las normas por las que me rijo, cambiar amistades, cambiar el lugar donde se repite diariamente mi vida.
Necesito volar por el cielo y ver claramente lo que quiero, la soledad hace mas dura mi rutina, el aire me ahoga y no puedo respirar, sentir amor me duele y trabajar solo hace que me sienta esclavo de una sociedad injusta.
Perdido entre mis pensamientos, sin querer me doy cuenta de que el cigarro se ha consumido y estaba quemando mis dedos, decido que quiero hacer algo grande, cambiar mi vida radicalmente y vuelvo con determinación a la habitación.
Me tumbo y cierro los ojos, pero una lagrima escapa de mis ojos, soy consciente de que mañana todo sera igual.... o quizás no.
Comentarios